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10 Reconocían que él era el mismo que se sentaba para pedir limosna en la puerta Hermosa del templo, y se llenaron de asombro y de admiración por lo que le había acontecido.

Discurso de Pedro en el templo

11 Como él se asió de Pedro y de Juan, toda la gente, atónita, concurrió apresuradamente a ellos en el pórtico llamado de Salomón. 12 Pedro, al ver esto, respondió al pueblo:

—Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto? ¿Por qué nos miran a nosotros como si con nuestro poder o piedad hubiéramos hecho andar a este hombre?

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